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No es una crisis, es un robo

Publicado: 2011-11-06

Lo que los Gobiernos de la Unión Europea acaban de demostrar al prohibirle a Grecia que le consulte a sus ciudadanos sobre las políticas de ajuste derivadas del plan de “rescate” es lo que muchos venimos sosteniendo hace tres años: esto no es una crisis, es un robo.

En efecto, a nadie se le consulta si desea ser robado o no. Por definición, un robo no se somete a consulta.

En cambio, las decisiones políticas sí. En un país democrático los ciudadanos tienen derecho a decidir sobre las políticas que desean que su Gobierno aplique, así que hubiera sido lo más lógico del mundo que el nuevo proyecto de ajustes sea sometido a la deliberación pública.

Todos los números realizados hasta el momento, todas las investigaciones y todas las confesiones de los operadores del sistema financiero demuestran una cosa clara: la llamada “crisis” ha dado como resultado una transferencia neta de recursos de la población a un selecto grupo de banqueros, gracias a la gentil intermediación del Estado. Esto es tan claro que, al mismo tiempo que aumentó la pobreza y el desempleo en EEUU y en todos los países afectados por la “crisis” en Europa, también aumentó el número de multimillonarios y la cantidad de dinero que ellos poseen. Los que generaron la crisis no han perdido ni un dólar, mientras que millones de personas han tenido que perder posibilidades de acceso a la educación, a la salud y al empleo gracias a los recortes.

Mucho de ello ha tenido que ver simplemente con la “viveza criolla” de brokers que vendieron a última hora miles de millones de dólares en créditos basura, transfiriendo a terceros los pasivos que se habían generado con su propia irresponsabilidad.  Pero la parte más gruesa del robo tiene que ver con el enfoque de los “rescates” de los Estados, que no separaron la paja del trigo y decidieron inyectar dinero público al conjunto del sistema financiero. Obviamente, han tenido que desvestir a numerosos santos para poder vestir al sacrosanto sistema bancario. Además, cuando decidieron rescatar a los banqueros que generaron la crisis y no a la gente, estaban decidiendo algo mucho más grande: salvaguardar un puñado de fortunas a costa de retraer el consumo de la población (a más ajuste, menos consumo), de forma que la crisis se convirtió en recesión y la recuperación se hizo muchísimo más lenta y difícil.

Una estrategia retórica usual de todo discurso autoritario es decir que “no hay alternativas” y que este es “el único camino”. En esa lógica, se plantea que consultar a la población es irresponsable porque lo “técnico” es realizar ajustes y recortes, que si eso no se hace no hay salida y que la población no va a querer desprenderse de sus “beneficios”. Así, se tira al tacho la idea de que los ciudadanos son seres dotados de razón y que pueden deliberar y decidir colectivamente lo mejor para la comunidad. Es lamentable que precisamente en Grecia, donde supuestamente se “inventó” el concepto de democracia, se haya decidido no consultar a los ciudadanos griegos sino someterse a los designios de los banqueros alemanes.

Pero lo cierto es que sí hay alternativas. De hecho, hay dos caminos: el ortodoxo, que consiste en rescatar a los bancos y ajustar a la gente, y el heterodoxo, que consiste en nacionalizar la banca, no reconocer las deudas especulativas, regular el sector financiero y “rescatar” a la gente inyectando dinero en el sector productivo. Casi todos los países afectados por la crisis aplicaron el primer camino hace tres o cuatro años. Todos ellos siguen sumidos en la crisis financiera y ahora le han sumado la recesión. Un solo país aplicó el otro camino: Islandia. Islandia, no está de más recordarlo, se fue a la quiebra con la “crisis” de los bancos ingleses y decidió aplicar un paquete de ajuste igualito al griego y a todos los demás. Pero la población protestó y logró imponer un referéndum –lo mismo que se acaba de descartar en Grecia- y decidió NO PAGAR las deudas especulativas, nacionalizó la banca y  abrió proceso penal contra una serie de brokers. Ahora es el único país afectado por la crisis cuya economía está creciendo.

Más claro, ni el agua: los países que aceptan el robo, siguen siendo chantajeados por la banca; el único país que no lo acepta, crece.

El caso de España no es menos triste que el griego. Allí parece que el Partido Popular va a ganar las próximas elecciones, porque la gente asocia al Partido “Socialista” Obrero Español (PSOE) con la pésima gestión de la crisis.  Y tienen razón. Lo triste es que fueron las reformas del Partido Popular las que generaron la crisis –menos regulación, promoción de las hipotecas y de los créditos…-. El “socialismo” no se atrevió a desmontar esas reformas y, obviamente, la crisis le estalló en la cara. Para colmo, ante la crisis el PSOE entró en pánico y en vez de aplicar un programa heterodoxo decidió aplicar el mismo programa de la derecha. Ahora, los votantes de izquierdas no ven cuál es la diferencia entre ambas opciones. Es el colmo, pero es verdad: la derecha va a sacar provecho político de la crisis que ella misma generó, y la izquierda se comió el cuento de la falta de alternativas y ahora la gente ya no la ve como una alternativa.

En EEUU puede pasar lo mismo. Como Wall Street se tragó a Obama con zapatos y todo, no ha habido reactivación económica. Por el contrario, la economía norteamericana lleva meses sin crecimiento y el desempleo juvenil está en niveles altísimos. El resultado: los republicanos -¡que generaron la crisis y luego obstaculizaron las reformas!- podrían terminar beneficiados.

Por cierto, es en EEUU donde se juega este partido, aunque todos los narradores estén mirando la cancha griega. Sinceramente, es una broma de mal gusto que todo el sistema mediático y político mundial nos quiera hacer creer que el problema es Grecia, cuando esa no es ni la segunda división de la economía global. El argumento de que si Grecia no paga sus deudas puede arrastrar a la recesión mundial es más débil que las explicaciones que ha dado Chehade sobre su reunión en las Brujas de Cachiche, pero allí sí que no hay suspicacias. Más aún cuando YA hay una recesión en EEUU y la mayoría de países de Europa occidental.

Para terminar, todo esto tiene mucho que enseñarnos a nosotros, aunque en el Perú la “crisis financiera” no sea precisamente un tema de gran urgencia. Y la moraleja es: ¡si eres de izquierda, no gobiernes con el programa de la derecha! En el Perú, el nuevo Gobierno prometió muchas reformas, pero la “correlación de fuerzas” parece impedir las más interesantes. Ojalá que cuando tenga que hacerlo, Ollanta Humala se atreva a tomar decisiones heterodoxas y no se vea atrapado por el “realismo político” que es, en realidad, políticamente suicida.


Escrito por

runa

Hace años mi chapa en la Internet es runa, es decir, "ser humano". También me llaman Paul E. Maquet. Treintitantos años. Intereses múltiples


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